Tours Ruta de Tapas con un guia local en Barcelona​

Descubre la auténtica Barcelona a través de sus sabores más locales. Este recorrido te lleva por tabernas familiares, bodegas centenarias y bares de barrio donde el tiempo parece haberse detenido. Nada de menús turísticos ni franquicias modernas: aquí las tapas se sirven como siempre, acompañadas de vinos del Priorat, vermut artesanal o una caña bien tirada.

La historia de las tapas se remonta a siglos atrás, en Andalucía, donde se dice que el rey Alfonso X “el Sabio” ordenó que el vino se sirviera siempre con algo de comer para mitigar sus efectos. Aquella simple costumbre de cubrir la copa con un trozo de pan o jamón —la “tapa”— acabó convirtiéndose en un símbolo de la cultura social española. Con el tiempo, esta tradición se extendió por todo el país y llegó a Cataluña a mediados del siglo XX, cuando muchos andaluces y extremeños se establecieron en barrios como Poble-sec o Gràcia, trayendo consigo sus recetas familiares. Allí nació una deliciosa fusión con la cultura local del vermut y los platillos de mercado, dando lugar a una identidad gastronómica única, donde conviven las croquetas caseras, las bombas de la Barceloneta y el clásico pan con tomate.

Durante este recorrido, pasearás por calles llenas de historia en barrios como Poble-sec o Sant Antoni, donde aún se conservan locales legendarios como Quimet & Quimet, una diminuta joya familiar abierta en 1914, famosa por sus montaditos, conservas gourmet y ambiente de bodega tradicional, o el Bar Bodega Jose Masana, en el corazón del barrio de Sants, donde las tapas se sirven entre barriles, vinos a granel y un aire de autenticidad difícil de encontrar en otros lugares.

En cada parada, disfrutarás de sabores auténticos elaborados con productos de proximidad y descubrirás las historias que se esconden detrás de cada receta. Más que un tour gastronómico, es una inmersión en la cultura viva de Barcelona, donde comer es una forma de compartir, conversar y celebrar la vida.

1. Poble-sec
Al pie de Montjuïc, el barrio de Poble-sec conserva el espíritu auténtico de la Barcelona más popular, con tabernas centenarias, teatros históricos y un ambiente vecinal lleno de vida. En sus calles estrechas se respira el aroma del tapeo clásico, herencia de las familias andaluzas y extremeñas que llegaron en los años 50 y 60 trayendo sus recetas tradicionales. De esa fusión con la cultura catalana del vermut nacieron delicias como las bombas, las croquetas caseras o el pan con tomate con embutidos locales, hoy emblemas de la identidad gastronómica barcelonesa.

2. Quimet & Quimet
Fundada en 1914, esta diminuta bodega familiar del Poble-sec es una leyenda viva del tapeo. En su local apenas caben unas pocas personas, pero sus estanterías rebosan historia: botellas de vino, vermuts artesanales y conservas gourmet que se sirven en pequeños montaditos fríos, ya que el bar no tiene cocina. Su famosa tapa de salmón con yogur y miel ha conquistado paladares de todo el mundo, y cada visita se convierte en una experiencia donde el sabor se mezcla con el encanto de un siglo de tradición.

3. Bar Bodega Jose Masana (Sants)
En el corazón del barrio de Sants, la Bodega Jose Masana conserva intacto el ambiente de las antiguas tabernas donde el vino se servía directamente del barril y las tapas se improvisaban con productos del mercado. Entre botellas de vino a granel, mesas de mármol y un aire de familia, este bar sigue siendo un punto de encuentro para vecinos y curiosos que buscan autenticidad. Las recetas se transmiten de generación en generación, y el espíritu de camaradería que se respira recuerda que aquí comer y conversar son inseparables.

4. La Barceloneta
El barrio marinero por excelencia de Barcelona es también cuna de uno de sus platos más icónicos: la bomba. Esta croqueta de patata rellena de carne y bañada en salsa picante nació en los bares del barrio como homenaje a la resistencia popular durante la posguerra. Su nombre, inspirado en los explosivos caseros usados en las revueltas de principios del siglo XX, refleja el carácter rebelde y popular de la Barceloneta, donde cada tapa tiene una historia que contar.

5. Sant Antoni
Moderno y tradicional a la vez, Sant Antoni es un barrio que respira sabor local. Sus bodegas centenarias y bares de toda la vida conviven con nuevos espacios gastronómicos, manteniendo el espíritu de comunidad que lo caracteriza. En torno al Mercado de Sant Antoni, construido en el siglo XIX y restaurado recientemente, los bares ofrecen tapas elaboradas con productos frescos del día. Aquí, la costumbre del vermut dominical sigue más viva que nunca, convirtiéndose en un ritual de encuentro entre generaciones.

6. Las bodegas centenarias
Símbolo de la Barcelona más auténtica, las bodegas tradicionales son herederas de una época en la que el vino se vendía a granel y el vermut se elaboraba de forma artesanal. Muchas aún conservan los antiguos barriles, mostradores de madera y carteles que narran su historia. Cada domingo, los barceloneses mantienen viva la costumbre del “fer el vermut”: reunirse antes del almuerzo para compartir una copa con aceitunas, anchoas o boquerones en vinagre, una tradición que más que una bebida, representa una forma de vivir la ciudad.

Todo el año exceptuando Navidad, Año Nuevo y San Esteban

Incluye:

• Guía local experto en gastronomía
• Degustación en 3 a 4 bares tradicionales
• Tapas variadas (equivalente a una comida ligera)
• Bebidas incluidas (vino, vermut o cerveza local)

No incluye:

• Propinas
• Traslados desde/hasta el punto de encuentro

Capacidad máxima: 15 personas.
Punto de encuentro: Recogida en el Hotel de Hospedaje.
Es esencial haber recibido la confirmación de la reserva.

CONDICIONES DE CANCELACIÓN

Los Tours de 1 día son cancelables hasta 24 horas antes.